EUROPA



 

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      ITALIA

Es un país miembro de la Unión Europea, cuya forma de gobierno es la república parlamentaria. Su territorio, con capital en Roma, se divide en veinte regiones formadas estas, a su vez, por 110 provincias.
Italia se ubica en el centro del mar Mediterráneo, en Europa del Sur . Pertenecen a Italia la península itálica, el valle del Po y dos de las mayores islas en el mar Mediterráneo: Sicilia y Cerdeña, además de islas en el Adriático (Tremiti) y norte de África (Pelagias). En el norte Italia está rodeada por los Alpes y tiene frontera con Francia, Suiza, Austria, y Eslovenia. Los Estados independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano son enclaves dentro del territorio italiano. A su vez, Campione d'Italia es un municipio italiano que forma un pequeño enclave en territorio suizo.
Ha sido el hogar de muchas culturas europeas como la civilización de Nuraga, los etruscos, los griegos, los romanos y también fue la cuna del Humanismo y del Renacimiento, que comenzó en la región de Toscana y pronto se extendió por toda Europa.
La actividad industrial ha sido el motor del desarrollo italiano, y el actual eje de su economía. Frente a ello, las actividades agrícolas han experimentado un considerable retroceso, tanto en ocupación de la población activa (7,3 %), como en su participación en el PIB (3,7 %). La producción agrícola no abastece la demanda alimenticia de la población, y es especialmente escasa en la rama ganadera: bovino (Cerdeña) y porcino (Emilia-Romania).
A finales de 2008 la población del país superó los 60 millones, siendo el cuarto país más poblado de Europa y con la quinta mayor densidad poblacional, con un promedio de 198 personas por kilómetro cuadrado.​ A partir de los años sesenta del siglo XX, la población italiana experimentó un cambio en su ritmo de crecimiento, que decreció hasta el 0 % de media anual entre 1985 y 1990. El descenso de la tasa de mortalidad fue acompañado por un descenso considerable de la tasa de natalidad, siendo en 2008 uno de cada cinco italianos mayor de 65 años.​ El cambio en las tendencias demográficas afectó asimismo los tradicionales movimientos migratorios que hasta entonces habían hecho de Italia una de las mayores reservas de mano de obra de Europa (Francia, Reino Unido y Alemania, principalmente) y América (Estados Unidos, Brasil, Argentina, Venezuela y Uruguay cuentan con numerosas comunidades de origen italiano). Italia pasó a convertirse en punto de llegada de inmigrantes del tercer mundo, pero, sobre todo, se establecieron importantes corrientes migratorias internas. Con un movimiento masivo de población del sur hacia Roma y el norte industrializado (Turín, Milán, Génova, Venecia y Bolonia), pero no hacia el noreste, aún muy pobre, lo cual no ha hecho sino radicalizar las diferencias entre el norte y el sur, pero que a su vez ayudó a que la natalidad creciera.​ La tasa de fertilidad creció en pocos años desde 1,32 niños por mujer en 2005 hasta 1,41 en el año 2008.139​ La concentración de la población italiana en los núcleos urbanos (69 % de población urbana) ha generado una red homogénea de grandes ciudades, que desempeñan el papel de centros regionales (Nápoles, 973 132 habitantes; Turín, 963 128; Palermo, 663 173; Génova, 610 887; Bolonia, 372 256, y Florencia, 364 710), con dos destacados núcleos a nivel nacional; Roma (2 718 768 hab.), la capital política, y Milán (1 299 633), la capital económica.